sábado, 5 de enero de 2013

Recordando a mi abuela en el Día de Reyes.

Esta poesía me la enseño mi abuela Mami Blanca cuando yo era niña y me la recitaba cada Navidad.
Hoy la recuerdo con ternura y con agradecimiento de poder enseñarsela a mis hijos.



El año pasado, a casa vinieron
los tres Reyes Magos
y a todos pusieron bonitos juguetes
y dulces muy buenos.

Bajan en la noche del 5 de enero
de todos los años
en grandes camellos de patas delgadas
y largos pescuezos.

Uno de los reyes es alto y moreno,
al otro le llega la barba hasta el pecho,
de ojos azules es el rey tercero.

Cuando los tres reyes magos a casa vinieron
todos mis hermanos estaban durmiendo.
Yo, dormir no pude, no tenía sueño!

En un cajoncito que puse en el suelo
con maíz y hierba para los camellos
con sorpresa ví que los tres reyes
algo me pusieron!

Salté de la cama, alegre y confiada,
busqué el cajoncito
y encontré allí dentro:

Una pelota, una muñeca,
un cochecito, un juego de mesa
y un papelito que decía:
"Para tí, muchachita, porque has sido buena!"